“Edificios que se construyen en Lima incumplen drásticamente
el diseño sismorresistente”
Martes, 18 de junio del 2013
Utilizamos cinco veces más cables en vigas con postensado
–técnica que reduce peso para hacer estructuras más seguras– de lo que permite
la norma internacional, según Luis Bozzo, gerente general de Postensa.
Karina Montoya G.
kmontoya@diariogestion.com.pe
“Los edificios altos que hoy se construyen en Lima están
incumpliendo drásticamente los requisitos sismorresistentes obligatorios”. Luis
Bozzo, ingeniero civil y gerente general de Postensa, ha regresado a trabajar
al Perú luego de 25 años de experiencia en el extranjero y se ha topado con
proyectos donde hay una “falta total” de verificación de estándares
internacionales.
Esto se aplica al caso del postensado, proceso que permite
reducir peso y, con ello, masa sísmica, haciendo estructuras más segura. “Hay
gente muy buena en sismos en el Perú. El postensado está viniendo desde otros
países y también hay gente buena en eso, pero no sabe necesariamente de
sismos”, explica.
¿Cómo afecta esto a los edificios? “Los expertos en sismo
están relegando el trabajo del postensado a quienes no saben necesariamente de
sísmica”. Por ejemplo, en el caso de las vigas que utilizan este proceso, en
Lima se utiliza cinco veces más cables que la norma norteamericana, que
establece el uso de cables a un máximo de 25% por sección armada.
Bozzo indicó que usar muchos cables en vigas ubicadas en
zonas sísmicas reduce la ductilidad de las estructuras, que es clave en el
diseño sismorresistente. “El cable resiste cuatro veces más que la barra
corrugada, pero es frágil. Cuando hay terremotos, se rompe porque no tiene
ductilidad”. Por ello, en México —donde hubo un gran sismo en noviembre del
2012— ya no permite el uso de estos cables.
Disipadores vs Aisladores
El ingeniero, a través de Luis Bozzo Estructuras y
Proyectos, en Barcelona, trabajó en el cuarto edificio más alto de México (50
pisos), en la iglesia Santuario de Los Mártires, con 60 metros de altura (sin
ninguna columna) y el estadio de Las Chivas, en Guadalajara.
Con esta experiencia, Bozzo elaboró un sistema de
disipadores de energía “mejorado”, que actúan de manera similar a los
aisladores de base —más usuales en el mercado—, pero que reducen el costo del
diseño antisísmico de manera considerable. “Un disipador cuesta entre US$100 y
US$ 150, mientras que un aislador de base te puede costar US$ 6 mil”.
Para terminar la comparación, Bozzo detalló que, como
máximo, se usan unos ocho disipadores por piso en un edificio. En el caso de
los aisladores de base, se necesitan unos 40 para estructuras de poca altura
(hasta cinco pisos). En el 2004, el Casino Mubarak de Lima —de siete pisos y un
sótano— fue el primero en el país en adaptar este sistema patentado por el
ejecutivo.
LOS DATOS
-Luis Bozzo Estructuras y Proyectos tiene el 60% de su negocio en proyectos en Bahrein, Bulgaria y México.
-Postensa ha presentado un proyecto para la remodelación
sismorresistente del Ministerio de Salud, concurso que quedó desierto el año
pasado.
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