HISTORIA DE UN FRAUDE CON LIQUID PAPER - CONSTITUCION DE 1993

Nota: Transcripción de un artículo publicado por el IDL. En vista de que el actual Presidente Ollanta Humala juró por los valores y principios democráticos de la Constitución de 1979, me place en compartir por qué creo que estuvo bien.
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Juan Chávez Molina es uno de los políticos de los que ya no vemos y de los que hubo pocos. De larga y loable carrera política. Es la única voz autorizada moralmente, como dicen Valentín Paniagua y Fernando Tuesta para hablar de cómo se aprobó la Constitución de 1993.

Después de cofundar La Democracia Cristiana y de ser senador por Puno, Juan Chávez Molina tuvo una serie de puestos políticos donde siem­pre mantuvo su probidad. En 1989 fue nombrado vocal supremo del Jurado Nacional de Elecciones en representa­ción del Colegio de Abogados de Lima. En ese puesto vería lo peor de sus décadas como político. Hasta el "vía crucis' -como dice- que tuvo que vivir por eL referéndum, Chávez Molina había mostrado ya su independencia frente al resto de vocales, que decidían al ritmo del régimen, por medio de sus votos singulares. Montesinos trató de conseguir su favor por medio de enviados siempre rechazados.

Los sucesos más alucinantes ocurren en La última sesión del JNE para ver quien ganaba el referéndum. El escenario era el siguiente: se había votado, a través del primer referéndum peruano, por el 'si' o por eL 'no' aprobar La Constitución hecha por el CCD. Se habían presentado recursos de nuli­dad respecto de las votaciones en Puno, Ayacucho, Lima y Arequipa. Faltaba cuantificar Los votos del extranjero y sus respectivas impugnaciones, y el Ejecutivo exigía Los resulta­dos 'reduciendo el tiempo necesario para garantizar la pureza del sufragio'.

EL proceso, tal como Lo exigía la Ley 25684, articulo 147, era el siguiente: el JNE debía resolver los resultados del referéndum del 31 de octu­bre y dar su sentencia final e inapelable (artículo 181 de La Constitución). De esta votación se publicaría una resolución con la cual, si ganaba el 'si', el CCD remitiría el proyecto de La Constitución al Ejecutivo para su promul­gación; si ganaba el 'no', se debía hacer un nuevo proyecto.

Para tratar de salvar el impasse de las nulidades, el 10 de diciembre de 1993 se publicó en el diario oficial El Peruano un supuesto comunicado oficial del JNE según el cual las nulidades habían sido resueltas y la victoria correspondía al 'si'. EL texto decía también que faltaba resolver nulidades de 135 actas de Los votos del extranjero.

Lo cierto es que no se había resuelto nada y que Chávez Molina no tenía idea de tal publicación. EL día 12 se anulaba tal cornunicado ^,por errores de tipeo^,. Lo increíble es que las cifras publicadas en el cornunicado anulado y sin la autorización de tos vocales son las rnisrnas con las que se pubticó el triunfo del 'si' por el JNE con nuevos vocales, rneses después de la prornulgación de la Constitución.

Mlsterlo characato

Los resultados estaban casi ernpatados, y una ley consti­tucional sin número exigía, en su artículo tercero, que ^,se considerara ratificada la nue­va Constitución si los votos por el 'si' superan a los del 'no"^,. Así, radicularmente, el voto de una persona podía decidir nuestro futuro constitucional.

Adernás de todo to que faltaba decidir, se denunció la pérdida de actas del Jurado Departa­rnental de Arequipa, donde tos votos estaban casi ernpata­dos, equivalentes a aproxirna­darnente 2.000 votos. Finatlrnente se decidió hacer el córnputo del voto total arequi­peño con base en los resultados que ernitiera el Jurado Departarnental de Arequipa (votos por et 'si', por et 'no', en blanco, nulos y total consolidado).

Chávez Molina confiaba en la ética del presidente del Jurado. Un vocal renegó: ^,Ya traté de conseguir esos datos y el presidente en Arequipa rne rnandó a la rnier... cotes; dijo no ser parte del fraude lirneño^,. Entonces, la rnisión fue encornendada a Chávez Molina. Los resultados llegaron con dedicatoria -^,Con adrniración y respeto^,- a Juan Chavez; en et fax, el 'no' había ganado. El vocal consi­deró que et fax iba a ser rnal interpretado y pidió otro dirigido al presidente del JNE, Polack Rornero. El vocal Loli Márquez decidió esperar et docurnento. El presidente se irnpacientaba porque quería concluir la sesión y dar et voto definitivo.

El vocal entró con et fax: ^,Et 'si' ha ganado; ya podernos irnos^,. Sorprendido, Chávez

Molina observó el fax y se percató de que este tenía tas cifras del 'si' y el 'no' escritas con rnáquina de escribir sobre liquid paper. Chávez Molina rnostró su indignación y el fax que le habían enviado prirne­ro. ^,La alteración había sido hecha en Arequipa^,, dijeron, corno si el liquid paper pasara, con textura y todo, por et fax^,, nos dice.

Enfurecido, Chávez Molina exigió at secretario, Sigfredo Hugo Vizcardo, que ^,se avisara a la Fiscalía de la Nación que se estaba dando un fraude^,. EL presidente y los demás vocales, asustados, decidieron irse acusándolo de querer desestabilizar al Estado y amenazándolo de que ^,iba a tener que vestir la camiseta a rayas con Abimael Guzmán^,.

Amenaza cumplida: La foto de Chávez Molina apareció el 30 de diciembre en El Peruano con eL titulo ^,Olvidemos sus rostros!^, junto a la de Guzmán y con el comentario ^,Juan Chávez Molina puso la nota negra en el JNE^,. Los vocales y su presidente, por la multitud que se agolpaba en Las afueras exigiendo que no haya fraude, se retiraron por una puerta falsa. Chávez Molina, indignado, escribió su voto dirimente en el que declaraba la nulidad del referéndum y decidió salir por la puerta principal a pesar del riesgo: ^,No soy ningún delincuente para salir por puertas falsas^,. Así fue, y tuvo un buen recibimiento de La multitud.

EL 26 de diciembre Loli Marquez moría por un infarto cerebral; eL 29 de diciembre se promulgaba La Constitución de 1993 en Palacio de Gobierno, en familia, con La rúbrica del Presidente saltándose el proceso parlamentario, sin resolución del JNE, empleando las cifras de un documento apócrifo aparecido en El Peruano.

Chávez Molina nos confiesa que esa misma noche de la discusión sobre Las votacio­nes en Arequipa Le pasaron el dato de que las actas faltantes se encontraban en un cuartel cercano aL JNE. En La puerta del cuartel un coronel Le dijo, entre líneas, que allí se encontraban Las actas: ^¿Qué puedo hacer, doctor? así son Las cosas; no hay nada que hacer, y usted no puede cambiarlas^,. EL vocal no pudo denunciar la situación inme­diatamente ante todos los hechos posteriores.

Epilogo inconstitucional

Antes de que se promulgase la Constitución apareció en El Peruano un aviso de formato privado que decía que el 'si' había ganado, a nombre de una supuesta oficina de relaciones públicas y una secretaria del JNE, sin firma ni sello. Con Los resultados allí publicados se justificó eL triunfodeL 'si'. FuimosaLJNE a ver si taL documento tenia aLguna vaLidez, pero no aparecía en El Peruano con las resoluciones del organis­mo de diciembre del 93 ni en las que conserva el archivo del JNE de esa época.

A Los ocho meses de La accidentada sesión del 17 de diciembre y de la promulgación de La Constitución, los nuevos vocales del JNE mandaron a publicar, por acuerdo de sesión privada, Los resultados. Incluso a pesar de todas las irregularidades, los resultados mos­traban que el 'si' (52,24 por ciento) Le ganaba al 'no' (47,76 por ciento) por solo 4,68 puntos porcentuales; ambos sumaban el 100 por ciento, a pesar de los votos en blanco, los nulos y un ausentismo del 29 por ciento que son, para muchos, resultados contra el 'si'.

Los resultados en el territorio nacional, increíblemente, eran Los mismos de la publicación anulada del JNE del 10 de diciembre ('si', 3'878.964 votos; 'no', 3'545.699votos; en blanco, 215.613 votos; nulos, 518.274), cuando todavía faltaba el fallo sobre nulidades y el conteo de muchos votos.

A pesar de que Juan Chávez Molina denunció el fraude, La contabilización de mayor número de votos que de sufragantes, La falta de firmas de muchas actas electorales, Las impugnacio­nes y La coacción contra los electores, no hubo ninguna investigación. Fue cesado de su cargo por medio de La Novena Disposición Transi­toria de La Constitución, que decía: ^,La renovación de Los miembros del JNE, instalado conforme a esta Constitución, se inicia con los elegidos por el CAL [....,.Como vemos, esta disposición venía con nombre y apellido. ^,Es una especie de trofeo^,, nos dice Chávez Molina quien, a pesar de todo, mantiene el optimismo ense­ñando en las universidades, esperando que los jóvenes se interesen por La política. A finales de 1993 Caretas Lo presentó protegiendo Las ánforas, bajo el título ^,Premio a La resistencia^,.

Autor: Diego Molina (IDL)