viernes, abril 25

LA OBEDIENCIA A DIOS


Si vemos a un niño que nunca a estado en la calle y que se dispone a coger una manzana de una tienda, seguramente le diremos que eso no se debe hacer. Quizá el niño se pregunte por qué. Aunque tratemos de explicarle no lo entenderá. El niño obedece sin saberlo.

Supuestamente la persona adulta que ha vivido más años y conoce las leyes en las que se basa la sociedad de convivencia, entiende perfectamente por qué no se puede ir a una tienda y coger lo que quieras. Pero en la mente de ese niño no sucede ello, no lo entenderá al 100%, solo obedecerá y se resignará a entenderlo con el tiempo.

Pues para Dios somos como ese niño. A veces refutamos a Dios diciendo: pero por qué tengo que obedecerte si yo quiero ésto o aquéllo. Llegamos a dudar de su experiencia y conocimiento. Hasta llegamos a rechazarlo porque no le entendemos.

Para Dios, somos aún unos niños de pecho. No sabemos ni el 1% de lo que Dios conoce.

La obediencia a Dios no siempre se puede llegar a comprender, pero tampoco lo entendieron los primeros moradores de la Tierra que creó. En aquél tiempo le refutaron a Dios por qué no se podía adorar a un becerro de oro, que podían ver y tocar. La gente no lo entendía y por no entender no obedecían.

Ahora sabemos que es una estupidez hacer ello. Pero no hemos cambiado en seguir adorando más becerros, pero de los modernos.

Dios nos ha dado un modelo de familia, parece que hay duda de ello, no entendemos el por qué debe ser así el modelo y no otro. Entonces como no lo entendemos decidimos seguir nuestro propio consejo de sabelones e inventamos una teoría.

En algunos siglos, nos llamarán la generación estúpida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas, puedes agregar tus comentarios.

MAS LEIDOS

Hora : PERU

relojes web gratis