Ninguna democracia se impone a balas y milicos. Ninguna democracia se impone a punta de mentiras. Ninguna democracia es destruir una fuente económica de muchos para implantar un negocio de pocos.
El derecho a rebelarse ante la tiranía es un Derecho Humano. Nadie debe sentirse que ofende a la ley si está siendo avasallado por intereses particulares sin más razón que el fusil y la cara rabiosa del gobierno, y se defiende de ello.
La indignación no es odio, es carácter frente al abuso privado. Decir lo que se piensa es libertad y decidir es un derecho inalienable. Solo una mente criminal puede creer que decidir solo es para el que más tiene y puede imponer su voluntad sobre el débil.
El débil unido a otros por la indignación, se hace fuerte, como el léon, eso le molesta al poder, le preocupa, entonces busca la división. Busca hacer creer que la protesta es ilegal, para ello exacerba los ánimos para crear el caos.
El hombre digno protesta por cuestión de conciencia, no de odios. Por cuestión de principios, no por resentimientos. Por cuestión de libertad, no de ignorancia.
El león ruge en Arequipa, se siente hasta Lima y Palacio tiembla.
Gracias mis amigos por ser dignos, la lucha no cesará hasta que se respete la libertad de un pueblo digno, el pueblo de Arequipa.
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