El fonavista, al que se le quitaba de su sueldo un porcentaje, con el cuento de usar el fondo para construir casas y dársela, lo cual tampoco sucedió porque, si salía beneficiado, también tenía que pagar por esa casa.
El fonavista, quien durante el gobierno aprista, vio cómo el dinero que se le seguía descontando, era usado para Mercados del Pueblo, mercados en los que una burocracia aprista cobraba sueldos de la plata del fonavista y se daba alimentos a los pobres que salían del bolsillo del fonavista. Todo, para que el gobierno aprista pronunciara: "palmas compañeros, nos preocupamos por los pobres".
El fonavista, quien durante el gobierno del ladrón y asesino Fujimori, vio cómo su dinero, centavo a centavo fruto del sudor de su frente, era usado para construir desagües para los pobres, pistas, colegios, hasta infraestructura eléctrica, a cambio de: que los pobres votaran por él.
Fujimori hizo sus campañas populistas con dinero ajeno, el del fonavista.
El fonavista, quien durante el gobierno del borracho y "gringo" Toledo, vio cómo su dinero era depositado en los bancos privados mediante una jugada pueril ideada por el agente de los bancos, el señor "techito", también conocido como Carlos Bruce. Este sinvergüenza formó MIVIVIENDA, pero le dio un estatus de entidad privada, de tal forma que ni la Contraloría, ni el Estado, ni nadie, podía revisar nada. Es decir, el agente de los bancos "techito" Bruce, privatizó el dinero del fonavista, para que los banqueros hicieran negocios.
El fonavista, quien durante más de 18 años, pedía su dinero, de todas las formas posibles, judicialmente, por medio de representantes quienes hicieron el negocio de sus vidas sacándoles más dinero. Y con sentencia bajo el brazo, las puertas del gobierno siempre estaban cerradas. Incluso crearon una Comisión Ad Hoc para que el fonavista fuera a molestar a otro lado y no a palacio
El fonavista, al cercar al gobierno con la justicia y la verdad, logra que el gobierno acate la sentencia judicial. Es decir, no se trata de una obra del gobierno, de su gran corazón, como dicen ahora, se trata de que nunca quisieron pagar nada y se tuvo que ir a un largo juicio y una sentencia pisoteada por todos los gobiernos. Aquí no hay un gobierno justo, se trata de un gobierno que se ha visto obligado a pagar.
El fonavista, hoy va a la ventanilla del Banco de la Nación, por el 5% de lo que se le debe, y se le dice: "peor es nada". ¡Qué fácil es jugar con plata ajena!
Así vemos cómo el trabajador, el que genera la riqueza de un país, el que paga los sueldos de toda la burocracia dorada, es usado, maltratado, humillado, asesinado moralmente con promesas que no se piensa cumplir, y nuevamente se le aplica el repase de la traición. ¿Democracia? No, esto es una robocracia.
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