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lunes, septiembre 13

FUJITERRORISMO Y SUS VICTIMAS : CASO DE MARIELA BARRETO

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El semanario de César Hildebrandt publicó una nota sobre lo que sucedión la ex-agente del SIE, asesinada cruelmente por militares peruanos, en represalia y para evitar que se divulgaran los diferentes planes para perseguir y ejecutar opositores al régimen Fujimorista.
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Primera Parte : AQUI ................................................................ Segunda Parte: AQUI


HILDEBRANDT ENTREVISTA A SUSANA HIGUCHI



Comparto esta entrevista publicada en el semanario "Hildebrandt en sus Trece". En el que podemos recordar y saber, los entretelones del matrimonio Fujimori - Higuchi.

Han pasado los años y en vista que se avecinan épocas electorales, deseo que no olvidemos lo que significaron esos años de dictadura civico-militar; que desea volver a llevar las riendas de nuestro país.
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Primera Parte, clic: AQUI


Segunda parte, clic: AQUI

miércoles, abril 8

FUJIMORI CONDENADO A 25 AÑOS DE CARCEL



Nota:
Durante tres horas, el día de ayer 07 de abril del 2009, el Tribunal Peruano dirigido por el Juez San Martín, leyó la sentencia para no olvidar nunca.

Repetídamente dijo: " Esta comprobado...;está comprobado...; está comprobado...; está comprobado;..."; etc.

Los rostros de los familiares de las víctimas al oír la sentencia declarando culpable a Alberto Fujimori o Kenya Fujimori, enviándolo 25 años a la prisión hasta el 2032, por fin esbozaron una sonrisa; una sonrisa que secaba las lágrimas de 17 años de esperanza cumplida, de noches sintiendo la voz de sus familiares asesinados, pidiendo valor por sus vidas, valor por la inocencia, y limpieza a sus nombres. Indirectamente, han dado lo que quizá sea un punto de quiebre en la administración de la justicia peruana, en que el poderoso ya debe empezar a temer de sentirse impune.

No tocaré a Keiko Fujimori y lo que vi, porque debemos mirar el futuro a partir de hoy. El de un Poder Judicial que ojalá, continúe en el camino de salvar al Perú de su peor defecto: "La viveza criolla".

El gran periodista César Hildebrandt, nos entrega otro valioso artículo, desmenuzando lo que significa esta condena sin precedentes en la historia peruana.
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La rabia de la derecha

Por: César Hildebrandt
Diario: "La Primera"
Lima- Perú

La condena a 25 años de Alberto Fujimori no sólo es una obra maestra del derecho y de la lógica, una construcción mental de impecable claridad y un encadenamiento irrefutable de hechos, documentos y testimonios.

La condena al hombre que confederó los vicios de la república y las peores flaquezas de la sociedad peruana, es un momento histórico pero también, y fundamentalmente, una manera de recuperar la decencia nacional.

Somos bastante mejores como país desde el día de ayer. El fujimorismo gutural quería que siguiéramos siendo, en muchos sentidos, una tribu sin ley que festejara la infamia y que sólo tuviera por norma la conveniencia de su cabecilla.

La sala penal que ha juzgado y condenado al usurpador de nombre Alberto Fujimori nos devuelve al mundo civilizado. Podemos decir ahora que, a diferencia de Chile, hemos aplicado la ley a quien jamás la acató. Porque si Pinochet sufrió ciertos aprestos judiciales -infligidos sobre todo gracias al juez español Garzón y al fuero londinense- murió, sin embargo, de larga vida y muchas muertes y jamás fue condenado.

Fujimori, en cambio, podrá ahora apelar a las instancias políticas de la siempre intervenida Corte Suprema, pero la condena de ayer lo marca para siempre y marca un antes y un después en la historia judicial peruana.

La historia del Poder Judicial en el Perú ha sido una historia de corrupción general y de muy pocas grandezas. La mayor de esas escasas grandezas, la grandeza mayúscula, ha ocurrido ayer. Y gracias a estos jueces con vocación de historia, tendremos que mirar de un modo distinto a la judicatura.

La corrupción no es inexorable. Los jueces paradigmáticos que ayer le han lavado el rostro al Perú demuestran que, al final, la elección entre el honor y la sordidez será siempre un asunto personal. Y que las personas dignas, más allá de las presiones y las turbas amenazantes, producirán siempre actos dignos.

Frente a tantos años de canalla abogadil y jueces no sólo sin rostro sino también sin honra, la sala penal presidida por César San Martín e integrada por los vocales Víctor Prado Saldarriaga y Hugo Príncipe Trujillo nos reconcilia con la esperanza: los jefes de Estado no son impunes, la democracia también es depuración y limpieza, no es una fatalidad aceptar el crimen ni resignarse ante la inmundicia.

Si hubo un San Martín importado y amable que juró la independencia en 1821, ayer ha habido un San Martín nacional que nos ha librado de una dominación tan indeseable como la que España impuso en estas tierras: la dominación del deshonor.

Fujimori es la interpretación más cabal y el resumen biográfico más perfecto del deshonor. No hubo deshonor que le fuera ajeno ni traición que lo asqueara ni felonía que le mereciese algún reparo.

Traicionó a la democracia que juró respetar, a la Constitución que debía cumplir, a la esposa que lo catapultó, a los evangelistas a quienes debía la victoria, a los apristas a quienes había amado tanto, a los tontos que lo creyeron “populista”.

Y cuando la ola de podre lo salpicó, traicionó a los traidores Montesinos y Hermoza Ríos, lo que es un refinamiento no sé si romano o delicadamente oriental.

Y cuando la cobardía lo ensilló por enésima vez -porque la cobardía es madre de la crueldad, según Michel de Montaigne, y Alberto Fujimori fue cruel hasta con los cadáveres-, cuando la cobardía lo azuzó, digo, perpetró la que sería la traición más transoceánica de su historia personal: renunció a la presidencia desde Tokio (“porque temía por mi vida”, diría después), se hizo japonés extrayendo la nacionalidad secreta que siempre había negado tener, se vinculó a círculos mafiosos y fascistas de la política del Japón, apareció de pronto en Chile creyendo que en el Perú lo esperaban las masas y, cuando la policía chilena lo detuvo, candidateó sin éxito al Parlamento nipón para blindarse.

Esa trayectoria ha terminado ayer con una condena que nos enaltece como país. Y esa condena se yergue ahora como un aporte de los jueces peruanos al derecho internacional y a la lucha que Latinoamérica ha librado en contra de la barbarie.

Sendero Luminoso y el MRTA le declararon la guerra al país. Pero, como lo demostró Antonio Ketín Vidal, enfrentarse al salvajismo marxista de Sendero y del MRTA no implicaba convertirnos en gentuza que celebrara en una playa militar una fiesta borracha tras el asesinato de nueve estudiantes y un profesor.

Fujimori vivió a sus anchas cuando Sendero y el MRTA le permitieron actuar como si todo le estuviese permitido. La captura relativamente precoz de Guzmán, debida al GEIN y no a los sicarios mandados desde Palacio, lo desconcertó.

Pronto, sin embargo, encontraría nuevos motivos para continuar su campaña destinada a “prolongar” la guerra todo lo que fuera posible. Un país normalizado no era conveniente porque podía permitir que la gente mirara el otro lado de la luna: el masivo latrocinio del presupuesto militar, las coimas grandiosas que irían a parar a Suiza y a la banca sucia del Caribe, la venta mafiosa de las empresas públicas, la compra de tractores chinos sobrevaluados y de aviones de guerra que costaban la mitad de lo que se decía que costaban, el uso de dineros públicos para comprar a los congresistas tránsfugas y sostener la prensa de estercolero dedicada a denigrar a “los enemigos”.

En estos días hemos visto y oído al fujimorismo, en todos sus matices, expresarse con plena libertad. Desde las objeciones de Valle Riestra, ese tribuno de “La Tribuna” y ese primer ministro goloso de la dictadura, hasta la señora Keiko Fujimori, que hasta ahora no nos dice cuándo devolverá el dinero sucio que recibió de su padre, pasando por Jaime Bayly, ese fujimorista que salió del clóset para anunciar que votará por quienes siempre lo asustaron y a los que siempre aduló.

Fujimori condenado. Las turbas que Raffo recolecta entre el lumpen harán lo suyo. “La Razón” gritará lo previsto. Martha Chávez, Martha Hildebrandt, Luz Salgado y Carmen Losada de Gamboa regurgitarán sus viejos argumentos. Valle Riestra usará, más que nunca, la corbata del luto por sí mismo. Los canales que le deben a la Sunat lo que la Sunat jamás permitiría a otros que se le debiera, seguirán reciclando chicharrones de prensa.

Pero todo eso será episódico. Desde ahora, el condenado Fujimori ya no es la víctima de una persecución que sus parásitos jamás pudieron demostrar. Desde ayer, Fujimori es un reo. Y el Perú ha amanecido distinto. El Perú ha jalado la cadena.

Es importante no olvidar algo que podría ser fundamental. No sólo los Saravá están de duelo. Están también de duelo, aunque quisieran aparentar lo contrario, los empresarios que apostaron todo por Fujimori.

No sólo en “La Razón” -el diario que justifica la masacre de Gaza tanto como la matanza de Barrios Altos- están de duelo. También lloran como viudas y viudos repentinos en “Eisha”, en la Confiep servil, en las oficinas de Dionisio Romero, en las gerencias de Saga y Ripley.

Porque Fujimori no fue sólo Barrios Altos y La Cantuta. Fujimori fue también la ejecución del consenso de Washington y del liberalismo en dosis de caballo.

El liberalismo no llegó a América Latina demandado por los pobres, como dicen los pobres diablos. El liberalismo llegó a Chile de la mano ensangrentada de Pinochet y a Argentina de la zarpa de Rafael Videla.

El Perú no podía ser distinto. Una política de persecución de los derechos adquiridos por los trabajadores, de supresión de los sindicatos, de ajuste para los de abajo y ganancias excepcionales para los de arriba y para las corporaciones que los de arriba muchas veces representan, sólo podía ejecutarse en medio del estado de excepción, la Constitución suspendida y la democracia quebrada.

La condena a Fujimori tiene connotaciones políticas. Pero no son las que el fujimorismo pretenderá esgrimir estos días. El sustrato político en todo esto es que la condena de ayer no sólo alcanza al autor mediato de crímenes abominables y al cómplice encumbrado de asesinos sombríos, sino al operador de una política que hoy, con la crisis mundial desatada, se muestra no sólo como injusta sino también como insostenible en el largo plazo.

La derecha llora por Fujimori. ¿Quién dijo que los cocodrilos no lloraban de verdad?

Fuente: Diario "LA PRIMERA"

sábado, abril 4

Fujimori en el paraíso - Por César Hildebrandt


Caricatura del humorista gráfico "Carlín".

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Nota:
Terminó el alegato de Alberto Fujimori para defenderse de las acusaciones por violaciones a los Derechos Humanos durante su gobierno. Se han cumplido todos los procedimientos para declarar que este juicio, ha sido llevado en la completa regularidad, dando todos los derechos correspondientes, tanto a la parte acusadora como a la parte de la defensa. No ha existido ningún vicio o anomalía que algún organismo observador, deba mencionar. Todo ha sido dentro del cauce normal, que nos lleva a decir, que Fujimori ha tenido un proceso con todos los derechos de ley.

Sólo queda esperar la sentencia, la cual según el juez San Martín, dijo será leída el martes 07 de abril.

Los seguidores de Fujimori, ya han comenzado una campaña para politizar este juicio,; empezó con Keiko Fujimori, quien hace unos días ya lanzó su candidatura presidencial y habló del tema en ese momento. El día de ayer, hemos visto como ha prácticamente hecho saber que no estará de acuerdo con una sentencia en contra de su padre y que los fujimoristas no permitirán que se le condene. Acusa de que la sentencia es muy rápida, cuando la ley establece que el Tribunal tiene 5 días para dar sentencia, cumpliéndose el miércoles. Es decir, un día menos para la señora Keiko, es actuar con injusticia. De esta manera es que pretende engañar a los ilusos seguidores de Fujimori y enervar los ánimos para un enfrentamiento entre peruanos.


Debemos recordarle a la señora Keiko, que su padre durante casi 9 años de los 11 que gobernó, tuvo el poder judicial en sus manos, completamente secuestrado; ojalá tuviéramos por lo menos un indicio de racionalidad, oyéndola decir y señalar el poder destructivo con que su padre actuó hacia la Corte del Estado Peruano. Simplemente la convirtió en su fabrica de sentencias y juicios contra todos aquellos que se opusieran a su gobierno.

¿Sabrá la señora Keiko la diferencia entre un juicio justo y un juicio de la época en que gobernó su padre?

Aquellos que amamos este país, no podemos permitir que la impunidad sea el premio a los corruptos, pedimos justicia y ésta se viene dando con Alberto Fujimori.

Va este artículo del periodista con mayor credibilidad del Perú, quien nos recuerda la calidad humana del señor Alberto Fujimori, quién durante todo su alegato quería enrostrarnos en la cara de todos los peruanos y de los mas pobres: "Soy el salvador del Perú".
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Por César Hildebrandt
Diario La Primera

Escucho a Alberto Fujimori describir su paraíso de opio y compruebo que gente como él sólo puede prosperar en un país que tiene a un 40 por ciento de ciudadanos a los que les da lo mismo –lo dicen reiteradas encuestas- si los rige una democracia o una dictadura.

O sea que en el Perú hay un 40 por ciento de ciudadanos que casi aspiran a no ser ciudadanos y que quieren ser, a veces con fervor, vasallos tristes y alegres siervos de la gleba.

Detrás del fujimorismo está la capacidad de sumisión y la arrolladora ignorancia que lastiman el alma del Perú.

Escucho a Fujimori y me digo que si hubiera géiseres de cinismo sonarían como su voz.

Habla de coraje el hombre al que le temblaba la voz cuando se dirigió a buscar refugio en la embajada del Japón la noche del fallido golpe del general Salinas Sedó.

Habla de honor el hombre que emputeció a la Fuerza Armada, hizo del Congreso un chiquero, suprimió el orden constitucional, desconoció su firma y hasta su huella digital con tal de no pagarle una deuda a la madre de sus hijos.

Habla de orgullo de sí mismo el sujeto que quiso ser senador japonés para obtener la inmunidad que lo librara del alcance de la ley.

Habla de responsabilidad el hombre que llenó 45 maletas de videos, dinero y botines diversos, tomó el avión presidencial y pasó de Brunei a Tokio, donde pidió asilo y desde donde renunció por fax a la presidencia de la República.

Habla de amor por la patria el jefe de una banda que saqueó las cuentas del tesoro público por un valor que los más conservadores estiman en dos mil millones de dólares.

Habla del veredicto de la historia el sujeto que estaba pescando en Iquitos cuando la policía de la Dincote, sin ninguna ayuda de Montesinos, capturó a Abimael Guzmán, el hombre que huyó del país tras descubrirse cómo es que Montesinos compraba esos congresistas que hoy deben estar frotándose las manos.

Qué patético pobre diablo es Fujimori. Se atribuye todos los poderes para las cosas que salieron bien y se pinta como un presidente disminuido, desinformado e irresponsable cuando le mencionan los asesinatos que cometían los criminales a los que él felicitaba, ascendía y amnistiaba.

“Yo era comandante de la Fuerza Armada en el sentido en que un entrenador de fútbol comanda al equipo”, dijo ayer destilando la esencia de su legendaria cobardía.

O sea que debemos alabarlo por haber “comandado” las fuerzas armadas que derrotaron al senderismo, pero debemos exonerarlo de toda responsabilidad cuando esas mismas fuerzas armadas mataban ancianos, niños y mujeres en las alturas de Ayacucho.

Debemos agradecerle el haber sacado al país de la crisis económica en la que nos hundió Alan García –quien hizo tanto para que Fujimori lo sucediera-, pero tenemos que olvidar que con él todos los derechos del trabajador fueron abolidos, todo asomo de equidad fue perseguido, toda corrupción en el proceso de las privatizaciones fue posible.

Tenemos que decirle gracias por la paz con Ecuador –Tiwinza incluida, derechos de navegación ecuatorianos en ríos peruanos incluidos- pero no podemos recordarle su repugnante papel en la derrota peruana del Cenepa, cuando nuestros soldados carecían de logística, comunicaciones y, en muchos casos, de rancho y de zapatos.

Debemos ser gratos con su régimen porque “refundó el país” (Fujimori dixit), pero tenemos que olvidarnos de que quince de sus ministros o están presos o están con orden de captura por ladrones.

Debemos ser fujimoristas por las escuelas que sembró el Fonades, pero no debemos evocar la prensa inmunda que él creó para ensuciar a sus adversarios y, seguramente, “elevar el nivel cultural”.

Este demócrata que cerró el Congreso, este honrado que permitió la rapiña más grande de la que se tenga noticia, este ciudadano ejemplar que convirtió a un edecán en fiscal para entrar a robar maletas en la casa de Trinidad Becerra, este hombre decente que tuvo como socio a Montesinos, este estadista al que defienden sujetos como Saravá, este ángel que vivió entre alimañas, este hombre ejemplar que dio un golpe de Estado cuando su esposa, en un rapto de bendita locura, denunció los asaltos de la hermana Rosa y del cuñado Aritomi a la caja de Apenkai, este probo encubridor de Miyagusuku, esta vergüenza que grita lo que lee y juega con la voluntad de olvidar de los peruanos, este señor Fujimori, en suma, sigue siendo exactamente el mismo miserable que la miseria moral adora y hace suyo.

El secreto de Fujimori es que ha convertido en socialmente exitosos los peores vicios de la “peruanidad”: la crueldad en el tumulto, el cinismo como método y, sobre todo, la cobardía elevada a la categoría de función vital.

El triunfo de Keiko Fujimori, de darse, será el resumen vistoso de la tragicomedia nacional y una prueba de que hay países económicamente pujantes y moralmente inviables.

Fuente: Diario "La Primera"

viernes, marzo 6

FUJIMORI Y SU CORRUPTA SERIE DE PRIVATIZACIONES

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Nota:

Este es un artículo de www.attacmadrid.org , en que sustenta de una manera muy eficaz, la manera como el ex-Presidente del Perú Alberto Fujimori, llevó a cabo las privatizaciones y a dónde fue a parar todo ese dinero de casi 49 mil millones de dólares.
Este es otro de los argumentos de los "fujimoristas", que gustan de enrostrar a todos los peruanos, el éxito según ellos de las privatizaciones. Podemos ver en este detallado artículo, que el éxito no fue para el Perú sino, para las empresas extranjeras que se quedaron con las empresas peruanas y el éxito también para los funcionarios fujimoristas que vieron engordar sus billeteras, con el patrimonio nacional.

¡¡Con razón sueñan con volver al poder!!

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La privatización de empresas públicas fue un instrumento de corrupción en Perú


Por: Pepe Mejía

Alberto Fujimori y su asesor en temas de inteligencia, Vladimiro Montesinos, montaron una red compuesta por funcionarios y mandos militares que utilizaron, en beneficio propio, los recursos de la privatización de empresas públicas y las donaciones. Una fuente adicional de corrupción habría sido el narcotráfico que habría proveído de ingentes recursos aún no cuantificados, señala el avance de un informe de la Comisión investigadora sobre delitos económicos y financieros del Congreso peruano.

Entre 1990 y 2001 se cometieron delitos económicos-financieros en el proceso de privatización de empresas públicas y en el uso de recursos del Estado para salvar a empresas bancarias y no bancarias. La corrupción se extendió a la implementación de las licitaciones públicas, el uso de la Contraloría General de la República y otros organismos de fiscalización y regulación como instrumentos de presión o de evasión tributaria y el mal uso de donaciones y otras ayudas recibidas por el Estado Peruano.

El exhaustivo informe de la Comisión investigadora sobre delitos económicos y financieros (CIDEF) en el que participaron los congresistas Javier Diez Canseco Cisneros, Walter Alejos Calderón, Juan Valdivia Romero, Máximo Mena Melgarejo y Kuennen Franceza Marabotto y al que se ha tenido acceso señala que “durante la década pasada un grupo corrupto de altos funcionarios públicos y de mandos militares asociados ilícitamente para delinquir capturaron el Estado con el objeto de imponer un régimen autoritario e ilegítimo, que garantizara su propia reproducción y continuidad. Esta asociación utilizó un conjunto de mecanismos que permitieron la transferencia ilícita de recursos públicos a manos privadas, ya fueran propias o de terceros”.

El informe señala que este núcleo corrupto habría estado integrado por diversos grupos vinculados de forma distinta y particular al poder político. “El ex - Presidente Alberto Fujimori y su entorno personal que asumieron al Estado y la función pública como fuente de beneficio patrimonial. Los servicios de inteligencia y Vladimiro Montesinos, jefe real del SIN, articulando diversos intereses que llevaron a subordinar a las FFAA. Entre los integrantes del núcleo corrupto también se encuentra a algunos integrantes del alto mando militar que, desde fines de la década de los ochenta, venía preparando una propuesta de reestructuración económica, jurídica, social y de control del Estado por 20 ó 30 años”.

Fujimori y Montesinos crearon un conjunto de grupos de poder económico y financiero bien conectados a sectores de empresarios y tecnócratas ubicados en puestos estratégicos de la administración del Estado. “Un núcleo mafioso, tomó control dictatorial, extra-legal del aparato del Estado”.

Uno de los valiosos soportes de esta estrategia fue la captación de los principales medios de comunicación e implementación sistemática de campañas de manipulación de la opinión pública. Los medios habrían sido fundamentales para manejar la opinión pública y piezas claves de toda la maquinaria de reelección electoral.

En cuanto a la cooperación internacional. La red montada por Montesinos manejó los Programas de Asistencia Alimentaria con criterios de clientelismo. El Estado central intervino activamente en materia económica a través de extensos programas sociales cuyo fin último era someter las conciencias de los supuestamente beneficiarios.

Un sistema de nóminas paralelas
Otra de las materias investigadas ha sido la puesta en marcha de un sistemas de nóminas paralelas para los altos funcionarios del Estado, “quienes recibían sus honorarios pagados por las Naciones Unidas, aunque era el mismo Estado quien depositaba el dinero en las cuentas del PNUD para dichos pagos”.

Una fuente adicional de corrupción habría sido el narcotráfico, porque durante el período materia de investigación, el control de las zonas cocaleras pasó de la Policía Nacional a las Fuerzas Armadas. Así, estas zonas fueron controladas por altos oficiales cercanos al entorno de Vladimiro Montesinos.

Los congresistas, redactores del informe, coinciden que“los delitos mayormente cometidos tenemos los de colusión, peculado, malversación, uso de información privilegiada, abuso de autoridad, incumplimiento de funciones y omisión de denuncia, sin que este conjunto constituya un “numerus clausus”.

Otro de los apartados investigados ha sido los relativos a los llamados “Decretos de Urgencia Secretos para la adquisición de armamento”. Un claro ejemplo del uso abusivo de los decretos de urgencia “es el caso del desvío de casi mil millones de dólares de los fondos de la privatización (lo cual implicaba malversación al tener dichos fondos fines específicos) hacia el sector Defensa para la adquisición de equipo bélico, el cual resultó deficiente y en ocasiones inservible ”.

Esta disposición de fondos se materializó a través de 22 decretos de urgencia secretos, vale decir, que no fueron publicados en el Diario Oficial El Peruano. De estos decretos de urgencia, sólo existe la autógrafa de tres, únicamente 6 contaron con la aprobación del Consejo de Ministros y de cuatro de ellos no existe siquiera copia. Esta derivación arbitraria de fondos facilitó que en torno de las aludidas adquisiciones de armamento se organizaran diversos intermediaros corruptos (Treves Inttora, Beltech Export y w21-Intertecnique) dándose cabida a la comisión reiterada de los delitos de colusión y peculado, entre otros, lo que se a corroborado con las millonarias cuentas bancarias detectadas a altos mandos militares.

La propaganda fujimorista dijo que con las privatizaciones iba aumentar los puestos de trabajo. Nada más alejado de la realidad. Ya en 1999, según la versión oficial, más de 120,000 trabajadores de las empresas públicas habían sido cesados. De ello, sólo el 36% (43,000 trabajadores) fue absorbido por los nuevos operadores privados.

En el apartado de Ingresos y Gastos de los Recursos obtenidos del Proceso de Privatizaciones, el informe del CIDEF señala que se han transferido mediante varias modalidades más de 228 empresas públicas al sector privado que han significado ingresos del orden de 49,221 millones, de los cuales sólo 46,993 han ingresado al Tesoro Público. Del total de ingresos al Tesoro Público se han gastado 44,363 en el período 1992-2000. Este gasto ha sido incluido en los presupuestos anuales sin tener en consideración que su origen era la venta de los activos del Estado Peruano.

La falta de transparencia en el uso de los recursos provenientes de la privatización se evidenció cuando, en octubre de 1999, se informaron hasta tres montos diferentes sobre los ingresos provenientes del proceso. Así, el Banco Central de Reserva, el Presidente de la República y el propio Ministro de Economía ofrecieron versiones distintas. Sin embargo, el Poder Ejecutivo se negó a brindar la información en el Congreso aduciendo que eran temas “secretos” que no se podían poner en conocimiento de la representación nacional, desconociendo que es el Congreso el encargado de ejercer la función del control político que incluye los actos de la administración y de las autoridades del Estado; así como la fiscalización sobre el uso y la disposición de bienes y recursos públicos.

En el caso de la privatización de las líneas aéreas, Aeroperú fue vendida en subasta pública. Sólo en el saneamiento de las deudas, el Estado perdió su inversión de más de S/ 135 millones de soles, además de $ 25 millones de dólares en la flota de aeronaves y sus repuestos, y el 20% de acciones de la empresa que pertenecían al Estado luego de la privatización, valorizadas en $6´767,023. Por su parte, “más de dos mil trabajadores que dependían directamente de la empresa perdieron sus puestos de trabajo y las acciones de la empresa que les pertenecían (7,15%) valorizadas en $ 2’515,221. Lo más grave de todo, el Perú perdió su línea aérea de bandera y se debilitó seriamente su presencia en la actividad aerocomercial internacional”.

Funcionario pagado por el Banco Mundial para privatizar
Las personas que dirigieron este proceso fueron, entre otros, el Contralmirante AP (r) Dante Matellini Burga, presidente del Cepri, y Carlos Montoya Macedo, Director Ejecutivo de la COPRI, funcionario pagado por el Banco Mundial para dirigir las privatizaciones en el Perú .

Estos funcionarios se habrían aliado con los nuevos operadores privados: el Consorcio Aerovías de México para modificar ilegalmente las condiciones del Contrato de Venta después de realizada la subasta, para que el Estado asumiera cualquier obligación o contingencia que pudiera aparecer en los 5 años siguientes.

En la privatización de Electrolima, los trabajadores fueron los principales perjudicados. Desde que el proceso se inició hasta la fecha, (en los dos últimos años en menor intensidad) se ha producido una drástica reducción de personal, empleándose para ello modalidades como la masiva invitación al “retiro voluntario”, por el que se obligó a casi 2,000 trabajadores a renunciar utilizándose para ello diversas formas de coacción. Esta modalidad ha servido le sirve al empleador para “demostrar” que en cada empresa privatizada no se producen despidos, sino que los trabajadores se retiran “voluntariamente” a través de la presentación de su respectiva carta de renuncia. Se oculta la coacción efectiva que se cierne sobre los trabajadores para que tomen esta decisión: los trabajadores que no aceptaron retirarse “voluntariamente ”fueron luego incluidos en ceses colectivos autorizados por la Autoridad Administrativa de Trabajo, pero esta vez sin “incentivos” económico de ninguna clase. Entre 1994 y 2001 se despidieron en total 776 trabajadores.

En cuanto a la conducta de Telefónica del Perú se dice que esta aprovechó que los pagos por transferencia de tecnología y de gestión fueron reconocidos por el Estado para negociar convenios muy beneficiosos para ella. A través de esos pagos pudo esconder la altísima rentabilidad permitida por las tarifas. El Concepto de “Capacidad Técnica” ha sido interpretado a su favor para justificar el pago por la gestión de la empresa, lo que es cuestionable pues se estaría pagando dos veces por el mismo concepto. Además, “se ha constatado que el informe no demuestra la no onerosidad de tales pagos, y la información disponible es insuficiente para certificar objetivamente que esa condición es cumplida por Telefónica de España. Los pagos por transferencia de tecnología y gestión hasta el 2001 alcanzan a 730 millones de US $. De los cuales 130 millones son por transferencia tecnológica y 610 millones por gestión”.

El papel de Telefónica de España
“Telefónica de España –señala el informe del CIDEF- controló inicialmente la empresa con el 35% de las acciones y manejó complejos procesos de escisión y reposicionamiento. Por eso posee el 97% de las acciones y ha reducido los impuestos a la renta al 50% del promedio pagado entre 1994 y el 2,001. Los socios minoritarios han sido perjudicados por varias decisiones de la empresa, destaca el programa de compraventa de ADRs en Nueva York, que utilizó 523 millones de US $ de las utilidades acumuladas para reducir el capital social en un 10%”.

En las investigaciones practicadas, documentos y declaraciones de los implicados en los interrogatorios de la Comisión Investigadora, se reunieron indicios relevantes sobre la participación de Víctor Dionisio Joy Way Rojas, quien primero fue Socio Fundador del Consorcio Peruano Chino Médico Dental S.A., luego fundador y Presidente del Directorio de INTERTRADE PERU S.A. y agente de negocios para las empresas estatales de la República Popular China antes de asumir el cargo de Ministro de Industria (1991), quien, conjuntamente con ex Ministros, altos funcionarios y la participación directa del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori, concertaron voluntades para delinquir en agravio del estado peruano.

“Medicamentos con fechas de expiración próximas e ingreso de productos que no contaban con el protocolo de análisis que los acreditaran como aptos para el consumo humano; tractores que, desde que llegaron a su destino, funcionaron por poco tiempo o nunca operaron por fallas frecuentes en el sistema hidráulico, problemas de potencia y cambio de dirección así como rotura frecuente de accesorios de acoplamiento de arado y rastra; cuantiosas importaciones de módulos para laboratorio y ciencia dirigidos al sector Educación, que nunca ingresaron físicamente a los almacenes; así como adquisiciones de armamentos, equipos y aeronaves al amparo de normas específicas, exprofesamente dictadas para materializar dichas compras”, son algunas de las particularidades que rodearon a todos los procesos de adquisición a las empresas estatales Chinas.

Sin embargo, siempre según el informe de CIDEF, emergen circunstancias comunes a las adquisiciones efectuadas: todas se hicieron hacia determinados proveedores vinculados a Víctor Joy Way Rojas, sus testaferros y socios, mediante procedimientos no planificados a las necesidades reales del sector público nacional, inobservancia de los procedimientos de adquisición, pago y almacenamiento de bienes del Estado, e inexistencia de un Plan de Adquisiciones debidamente programado y presupuestado.

En cuanto a los derechos humanos, “se produjo una práctica militarización de diversos aspectos de la vida social, como lo demuestran las disposiciones legales que obstaculizaron la investigación y sanción de casos de violación de los derechos humanos; las presiones ejercidas sobre los medios de comunicación que informaron sobre aspectos sensibles como la eventual vinculación de algunos mandos militares con el narcotráfico; las denuncias sobre la participación de miembros de las Fuerzas Armadas en las campañas políticas reeleccionistas y el uso de equipos militares para la vigilancia y persecución de políticos y periodistas ”.

Con respecto a esto último, mientras se vigilaba y perseguía a opositores políticos tropas ecuatorianas se habían infiltrado en territorio peruano sin que el servicio de inteligencia las detectaran. Fue en función de las elecciones generales del 9 de abril de 1995, que se decidieron las operaciones para desocupar las tropas ecuatorianas.

La implicación de la familia de Fujimori
Alberto Fujimori tuvo su principal apoyo en miembros de su propia familia. Se trata de su hermana Rosa y su cuñado Víctor Aritomi, quienes fueron enviados como embajadores al Japón y a lo largo de los años habrían transportado dinero en pequeñas cantidades en sus viaje mensuales entre Tokio y Lima. Ellos inicialmente, en 1992, fueron denunciados por contrabando de ropa donada, revelando que en la familia del presidente convivían inicialmente dos orientaciones. Luego habrían sido reducidos los mejores elementos para dar rienda suelta a la corrupción. Un miembro importante de este segundo grupo es Augusto Miyagusuku, amigo cercano y vecino de los Fujimori, quien dirigió la Compañía de Seguros Popular y Porvenir, convertida casi desde el comienzo en una de las operaciones de corrupción más sonadas y vinculada al primer círculo del presidente.

El informe de CIDEF señala que durante el período del ingeniero Camet como Ministro de Economía, “tomó gran impulso un mecanismo de pago de remuneraciones para altos funcionarios públicos, que permitió salvar el escollo de los bajos salarios en el Estado peruano. Esto es, el establecimiento de un convenio con el PNUD para que maneje recursos del tesoro público pagando planillas de asesores”. Es decir, se echó al personal existente y se contrató personal nuevo de alto nivel con dinero del Tesoro Público pagado a través del PNUD.

Miembros de las ONG AKEN y APENKAI, entre los que se encontraban los hermanos del expresidente, también estuvieron vinculados al sistema de corrupción a través de empresas testaferras del núcleo liderado por Augusto Miyagusuku Miagui.

La corrupción pertenece a la misma esencia del régimen fujimorista. El informe lo deja claro: “ el proceso de corrupción responde a un patrón bien establecido históricamente: el dictador no distingue entre su patrimonio personal y el tesoro público, robando para disfrutar de lujos y además para financiar la conservación o eventual reconquista del poder en caso de perderlo. Los problemas comenzaron con la ropa usada, como denunció Susana Higuchi. Luego se formó una corriente de inmoralidades y se produjo un salto adelante durante el segundo gobierno, cuando la corrupción tomó tal nivel que cualquier gobierno siguiente la habría descubierto. Esa certeza fue un poderoso impulso para tratar de perpetuarse ”.

Durante el trabajo de la CIDEF –que se prolongó por espacio de diez meses- se desarrollaron 114 sesiones de trabajo, 87 de las cuales de carácter ordinario y 27 extraordinarias. Asimismo, se invitaron a 257 personas, cuyas declaraciones quedaron registradas en 366 horas y 35 minutos de grabación magnetofónica. La CIDEF contó con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación al Desarrollo (GTZ).

Fuente :
www.attacmadrid.org

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